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Elegía a la nostalgia

Te extraño, cuando en las mañanas
cantabas al alba
con esa linda voz que me exaltaba
Que producía en mi un millón de oleadas
Cargadas de sentimientos contenidos
y palabras

Ahora me queda una vaga sensación de tristeza guardada
Los días no tienen la misma fragancia que cuando despertaba
encontrando tu mirada
¿Por dónde andarás amor?
¿En qué cayo se ha atascado tu barca?
Ven a mi puerto, te aguardo desvelada
Esperando ver desde lo leJos tu llegada.

Abraza mis nostalgias apremiantes
Desnúdate de todo lo que atrapa
Libérate, refugiate en mi calma
Conserva en mí, la luz que desprende tu Alma
Te espero, ya lo sabes, suelta lastre
Deja atrás todo lo que te arrastre.

Te extraño, la nostalgia me consume
Quiero beber de ti un nuevo día
Quiero que estés aquí, y hacer de nuestras ruinas y rutinas
una nueva ilusión que explote de alegría
Porque eres tú, la razón de mi nostalgia
Eres tú, la razón de mi elegía.

El sueño

«El sueño», de Salvador Dalí

Pantallas
se levantan
frente a mí
Para proyectar
un mundo enajenante
Donde las máscaras
cubren las miradas
Donde las sonrisas torcidas
son mostradas
Un mundo
donde impera
lo ficticio
Donde todo
pende al borde
de un abismo
En hilarante danza
deformada
Donde las almas manchadas
se divierten
Como en una pesadilla
me sacudo
Quiero que mis ojos
despierten a otro mundo
Mientras un fantasma
irónico sonríe
Diciéndome que empiece a caminar
Porque este es mi mundo
y es mi realidad

Sed de ti

Sabes tú lo que es amor?
Sabes tú lo que hay en mi?
Ven, acércate despacio,
Te diré lo que hay aquí
Toma mis manos con fuerza
y bésame con locura
Agárrame la cintura
Quiero danzar en tu luna
Tómame y hazme tuya
No descanses, no detengas
esta danza dulce, eterna
Donde las ganas se funden
Donde las pieles se unen
Ardamos en este infierno
y de mis labios, sin frenos
bebe mi sal y mi miel
Te saturaré la piel
¿Ya pudiste entender
lo que haces surgir en mi?
Ven, la noche aún comienza
Tengo mucha sed de ti
Aún nos queda por sentir…

Este momento

Cae la línea de tu distracción
sobre la ironia de nuestro encuentro
después de tanto tiempo somos esos
que lo daban todo por amor

Siempre unidos a pesar de la distancia
en la torcedura de un camino sin retorno
que nos lleva irremediablemente al borde
del sendero que conduce al mismo punto
donde un día se perdieron nuestros pasos

No es cuestión de reclamarnos o retarnos
es tan solo de volvernos a mirar
hablando con los sentimientos
dejando salir bellos recuerdos
y sabiendo apreciar este momento

El chico del bus

Era un amor de otoño
dentro de las ventanillas empañadas
de un bus, que en su recorrido,
les servía como aliciente a sus latidos.

Cerca de la última puerta él se sentaba
y como cada noche, allí la esperaba,
Él la llamaba con el pensamiento.
Ella acudía, como un soplo de viento.

Cada día, desfilaban las sonrisas,
eran luz, en el medio de la noche oscura
Los deseos de algo mucho más eterno
se quedaban escondidos, bien adentro.

Y así, cada noche se adoraban
entre los bellos sueños y la emoción desbordada.
Se decían todo y no se decían nada.
Entre palabras y miradas,
un amor se resbalaba.
y quedaba detenido en el tiempo
en que ella se subía al bus y él se bajaba.

Cada noche, un poema él le dedicaba
Cada noche, ella lo esperaba
Y antes de despedirse en su última parada,
se lo regalaba.
Esperando con la incertidumbre del mañana
que ella no se extraviara y siempre llegara
En sus noches frías, sus viajes grises de ideas y venidas
En medio de la triste ciudad
Cuando se veían, la primavera surgía.

Caer

Me dejo caer
Ya estoy cansada
De tratar de sostenerme
En el ciclo de la vida
Diariamente.

El embate del mar
Erosiona la roca más dura
Y el viento huracanado
Desprende las raíces inclemente
De los árboles
Que parecían fuertes.

Necesito desplomarme
Y entender
Que no siempre
Tenemos que ser fuertes
También necesitamos
Entregarnos
En las penas que nos
Hieren a muerte.

Necesitamos vivir
Nuestro dolor
Procesar lo que vamos sintiendo
En nuestro interior
A veces, hay que desaparecer
Para luego volver a renacer.

Paso

Paso, despacio
entre tus oquedades
y mis tormentos
Hay un espacio
enorme que llenar
Por eso paso
a ver si me quieres mirar
por si te animas
mi juego empezar
A fin de cuentas,
ya sobra soledad,
para los dos,
en esta inhóspita ciudad.
Llena de fantasmas
y recuerdos
que ya no volverán.
En este espacio
debemos caminar
Uno hacia el otro,
encontrarnos y llenar
esos vacíos grises,
llenos de amargura.
Calmar nuestras tormentas,
saciar nuestra ansiedad.
Así es que paso,
una vez más.
Todas las que necesite
para poderte llegar.

La puerta vieja

A lo lejos se veía
desvencijada y rota.
De sus hendiduras grises
nacían flores hermosas
que adornaban su tristeza,
acariciando sus grietas.

Resquebrajada del peso
de las historias calladas,
melancólica tristeza
humedecía sus tablas
como gotas de rocío,
corrían sus largas lágrimas.

Ayer fué vida y camino,
hoy, es tan solo el olvido.
Ya nadie cruza su umbral,
no se abre a las sorpresas
Su paso se canceló
a la vida y al amor.

Ahora es solo un recuerdo,
algo que desde lo lejos
despierta cierta emoción
que solamente se mira
desde un lado del camino,
un tiempo que ya pasó.

Hilos de lamentos

Sutiles hilos imaginarios cuelgan del viento
Haciendo ecos de sentimientos que yacen muertos
Allí, en la enmarañada y torcida trama del tiempo
Donde ya nada es y lo que fué, se lo llevó el viento.

Donde lo irreal converge con los silencios
Pesados, aletargados, sin movimientos
Adonde fueron a parar todos los sueños
Que se perdieron, entre la realidad y los anhelos.

Esos hilos transparentes, que caen del cielo
Pueden ser tan filosos como el acero
Atravesar tu pecho sin tú saberlo
Llenándote de dolores insatisfechos.

Por los sueños perdidos, por los intentos
Que quedaron en nada, sin fundamentos
Por las noches insomnes, por los lamentos
Por la risa partida, de un tajo, al medio.

Cuídate de esos hilos en tu camino
Pisa sereno y firme hacia tu destino
No te enredes en su madeja de confusiones
O perece dentro de ella, sin ilusiones.

Saborearte

Sabor a ti, a tu piel
Que navego siempre hasta el amanecer
A tus miedos, a tus sueños
A todo lo que llena tu ser.

Eres miel que la vida me endulza
Cada mañana, te bebo sin premura
Desayuno tu amor y tus suspiros
Necesito tu sabor, no cabe dudas.

Degustarte es mi afición definitiva
Mi deseo impaciente cada día
Enredarnos en un beso que nos una
Donde pueda saborearte con locura.